Mientras duerme el tiburón

La familia Sevilla Mendoza, que a pesar de su nombre es "sarda desde el Paleolítico Superior", está formada por personas de lo más extrañas, como lo son siempre las familias de la literatura de Milena Agus. Un padre fascinado por América del Sur, una madre que persigue la belleza para pintarla, un hermano que busca la perfección en las partituras de grandes compositores, una tía obsesionada con encontrar un novio, una hija enamorada de un hombre casado lleno de perversiones eróticas... Y en esta familia de amor se habla mucho, y de sexo, de muerte, de Dios -del que nunca se logra aclarar si existe o no-, de la vida misma... que es como estar atrapado dentro de la boca de un tiburón: cuando duerme, si hay suerte logras escapar, pero cuando despierta todo cambia.

Descubrí el que creía el primer libro de Milena Agus hace ya algún tiempo, pero este fue el primero que publicó aunque sólo se editó en castellano cuando "Mal de piedras" tuvo éxito. Este primer libro marca las bases de sus personajes, peculiares, para nada corrientes, amados u odiados a partes iguales... con su lenguaje particular nos enseña las obsesiones de esta peculiar familia, desestructurada donde todo el mundo debe salvarse solo, sin ayuda pues cada uno tiene bastante trabajo para hacerlo. Un padre ausente, más preocupado por la pobreza del mundo que por los problemas de su familia, una madre deprimida e incapaz de enfrentarse a la ausencia del cabeza de familia que se refugia en la eterna búsqueda de la belleza en los cuadros que pinta compulsivamente. Un hermano obsesionado con la perfección de las partituras de compositores del siglo pasado y que apenas vive en el mundo real, una tía que intenta aunar a la familia y además busca al hombre de sus sueños, idealizado en su mente y que no corresponde a ningún hombre real y finalmente la protagonista, unida brutalmente a un hombre casado que la trata como su esclava sexual y la que está atada por el resto de su vida.

Distinto pero no por ello deja de ser interesante, no es una narración al uso y por ello vale la pena en un mundo donde muchos libros se parecen unos a otros y encontrar algo diferente es muy complicado.

3 comentarios :

  1. Tomo nota. Me gustó mucho el libro de Mal de Piedra y el de Las alas de mi padre. Tiene una forma de escribir, como tú dices, diferente. Me apetece leerlo. Un besote.

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  2. El título es bastante llamativo... miraré la primera página la próxima vez que pase por la librería.

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  3. Me ha interesado lo que dices de este libro. Tomo nota.
    Un saludo.

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